RG ’24: Etcheverry en 3era ronda

El encuentro de segunda ronda entre Arthur Rinderknech y Tomás Martín Etcheverry en el Abierto de Francia se convirtió en un espectáculo inolvidable, aunque por razones que no reflejaron los mejores aspectos del deporte. El francés, Arthur Rinderknech, en un arranque de frustración, golpeó una valla publicitaria con su pie durante el cuarto set, una acción que precipitó su retiro forzado debido a una lesión poco después.

En una serie de eventos extraordinarios en la cancha 7, el partido de Rinderknech contra Etcheverry presentó momentos de gran drama. Inicialmente, el favorito local Rinderknech mostró su talento, ganando el primer set y triunfando en un emocionante desempate en el segundo set con una puntuación de 10-8.

Sin embargo, la dinámica del partido cambió cuando Etcheverry, el cabeza de serie número 28 de Argentina, comenzó a imponer su dominio. Ganó cómodamente el tercer set, 6-1, y logró un quiebre crucial al inicio del cuarto set, inclinando claramente el momentum a su favor.

Fue en este momento cuando la frustración de Rinderknech estalló. Después de fallar un revés rutinario en un punto deuce en el servicio de Etcheverry, Rinderknech perdió completamente la compostura. Expresó su frustración con gestos exagerados en el fondo de la pista y golpeó su raqueta con la mano izquierda enojado. El punto culminante de su arrebato llegó cuando pateó con fuerza una valla publicitaria con su pie izquierdo, un movimiento capturado por las cámaras de Eurosport, junto con la visible consternación de su equipo en las gradas.

Las acciones de Rinderknech tuvieron repercusiones inmediatas. Un par de juegos más tarde, durante un cambio de lado, mostró una gran incomodidad, quitándose el zapato y el calcetín para inspeccionar la lesión. Se llamó al personal médico para brindar tratamiento, lo que indicaba la gravedad de su herida auto infligida.

A pesar de reanudar el juego brevemente, se hizo evidente que Rinderknech estaba luchando. Sorprendentemente, eligió dejar un golpe de fondo sencillo sin desafío, sin siquiera intentar jugar la pelota. Este acto fue la gota que colmó el vaso; luego caminó hacia la red y concedió el partido, retirándose oficialmente lesionado.

Etcheverry, de manera algo inesperada, avanzó a la tercera ronda de una manera tan sorprendente como inusual. El partido, que inicialmente había prometido un tenis de alta calidad, terminó siendo notable por la salida dramática de Rinderknech y la desafortunada forma en que concluyó.

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