En un escenario donde el polvo de ladrillo convoca a las máximas figuras del circuito, donde las gradas vibran con cada pelota disputada y la exigencia técnica es máxima por la altura y la velocidad de las condiciones madrileñas, el tenis argentino vivió un viernes inolvidable en el Masters 1000 de Madrid. Tres jugadores nacionales avanzaron a la tercera ronda con actuaciones tan distintas como impactantes: Francisco Comesaña dio la sorpresa del día al eliminar al sembrado número 13 del cuadro, Francisco Cerúndolo reafirmó su condición de referente del tenis albiceleste con una victoria sólida y Juan Manuel Cerúndolo, con su zurda talentosa, doblegó a un nombre fuerte del circuito para seguir construyendo su camino de regreso al alto nivel.
La jornada comenzó con una verdadera bomba. Francisco Comesaña, marplatense de 23 años, dio uno de los batacazos más resonantes de su incipiente carrera al vencer al francés Arthur Fils, preclasificado número 13, en un duelo que arrancó adverso pero terminó con una remontada épica. Fils, que en lo que va del 2025 ha mostrado un ascenso meteórico en el ranking y se ha transformado en uno de los nombres a seguir camino al Top 10, comenzó el partido con un vendaval de potencia, precisión y ritmo. En un abrir y cerrar de ojos, el francés se colocó 5-1 en el primer set, con una autoridad que hacía presagiar un trámite corto.
Pero Comesaña no se dejó intimidar. Reforzó sus fundamentos, afinó la devolución, ajustó el revés cruzado y empezó a construir punto por punto una remontada memorable. Recuperó un quiebre, luego otro, y forzó un tie-break donde se mostró más lúcido que su rival: lo ganó 7-4 con una derecha paralela tremenda que coronó un primer set que parecía perdido y terminó siendo suyo. El segundo parcial lo encontró mucho más asentado, aprovechando el bajón anímico de Fils y manteniendo su nivel en los turnos de saque. Se lo llevó por 6-4, sellando así la victoria más importante de su trayectoria profesional y metiéndose por primera vez en la tercera ronda de un torneo Masters 1000.
El destino, caprichoso y con cierto guiño patriótico, quiso que su próximo rival sea su compatriota y amigo Francisco Cerúndolo. El mayor de los hermanos Cerúndolo, actual número 20 del ranking ATP y principal raqueta argentina en la actualidad, viene atravesando una racha sumamente positiva en el circuito. La semana pasada alcanzó las semifinales del ATP 500 de Múnich y su adaptación a la gira europea de polvo de ladrillo parece estar fluyendo a la perfección.
En su debut en Madrid no dejó dudas: venció por 6-3 y 6-4 al francés Harold Mayot con una actuación consistente, sin fisuras, en la que exhibió la madurez competitiva que ha ido desarrollando en los últimos dos años. Supo manejar los momentos críticos, administrar energías, variar alturas y velocidades, y sobre todo imponer su ritmo desde la línea de fondo. Cerúndolo avanza con paso firme y ahora se asegurará que, pase lo que pase en el cruce ante Comesaña, haya un argentino entre los 16 mejores del torneo.
Como si eso no fuera suficiente para encender el orgullo del tenis argentino, otro nombre volvió a encender la ilusión: Juan Manuel Cerúndolo, el zurdo de 22 años que supo deslumbrar con su título en Córdoba en 2021, y que en los últimos años ha batallado con lesiones y altibajos, dio otra gran sorpresa al derrotar al canadiense Félix Auger-Aliassime, preclasificado número 18 del torneo y finalista en Madrid la temporada pasada.
Juanma mostró una versión muy completa de su juego: movilidad endiablada, paciencia en los rallies largos, dropshots quirúrgicos y una lectura táctica notable. Supo aguantar la potencia del canadiense, neutralizar su primer saque y proponer un juego incómodo que le sacó de ritmo. Se llevó el primer set en un tie-break cerrado (7-5), y en el segundo, más suelto, quebró en el momento justo para cerrar el partido 6-4. El zurdo celebró con los puños apretados mirando a su equipo, consciente de que esta victoria no es una más: es un paso de gigante en su camino de vuelta hacia los primeros planos.
Su próximo desafío será imponente: enfrentará al ruso Daniil Medvedev, número 9 del mundo, uno de los jugadores más complejos del circuito por su estilo único, su inteligencia para adaptar los partidos a cualquier superficie y su frialdad mental. Si bien Medvedev nunca se ha sentido del todo cómodo en tierra batida, su experiencia y capacidad para resolver situaciones adversas lo convierten en un rival temible. Será un test mayúsculo para Juanma, pero también una oportunidad dorada para seguir escribiendo su historia.
La jornada argentina no termina ahí. Todavía queda acción en la Caja Mágica con Mariano Navone, que tendrá un duelo de alto voltaje ante el estadounidense Ben Shelton, preclasificado número 12 y conocido por su explosividad con el servicio y su estilo agresivo. Shelton, además, mantiene un invicto ante tenistas argentinos, lo que convierte el reto para Navone en una misión desafiante, pero no imposible.
Y como si todo esto no bastara para ilusionar al tenis nacional, la agenda del sábado también traerá emociones fuertes: Sebastián Báez, actual número 32 del ranking y uno de los jugadores más peligrosos en tierra batida, se enfrentará al bosnio Damir Dzumhur. Báez, que busca consolidar su lugar en el top 30, es un jugador que encuentra en la superficie lenta su terreno ideal. Por su parte, Tomás Etcheverry, otro de los pilares de la nueva generación argentina, buscará dar el golpe ante el italiano Lorenzo Musetti, 10º favorito del torneo y talentoso exponente del tenis moderno con mucha sensibilidad en la muñeca y gran versatilidad táctica.
En definitiva, lo que está ocurriendo en Madrid no es una casualidad: es el resultado de un proceso, de una camada que creció con hambre de gloria y que ahora comienza a dar frutos en los grandes escenarios. La Caja Mágica se tiñe de celeste y blanco en esta semana de primavera europea, y el tenis argentino, una vez más, demuestra que siempre tiene con qué competir al más alto nivel.