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Alcaraz conquista otro gran título con una remontada épica en una final histórica de Roland Garros

Carlos Alcaraz escribió este domingo una nueva página gloriosa en su joven pero ya ilustre carrera, al protagonizar una de las remontadas más memorables en la historia del tenis para conquistar su segundo título en Roland Garros —y el quinto Grand Slam de su trayectoria— tras vencer al número uno del mundo, Jannik Sinner, en una final que quedará grabada para siempre en los libros de historia.

En un duelo cargado de dramatismo, tensión y tenis de altísimo vuelo, el español de 22 años levantó una desventaja de dos sets y salvó tres puntos de campeonato para imponerse por 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3), 7-6 (10-2), luego de cinco horas y 29 minutos de batalla ininterrumpida sobre la arcilla de la cancha Philippe Chatrier. Fue, oficialmente, la final más larga de la historia del Abierto de Francia.

Alcaraz, que ya había conquistado los títulos del US Open (2022), Wimbledon (2023) y Roland Garros (2023), se mantiene invicto en finales de Grand Slam (5-0) y se convierte en el tercer hombre más joven de la historia en alcanzar los cinco ‘majors’, solo por detrás del sueco Björn Borg y su compatriota y leyenda del polvo de ladrillo, Rafael Nadal.

Para Sinner, en cambio, fue una amarga derrota en el que pudo haber sido su tercer Grand Slam consecutivo, tras conquistar el US Open en 2024 y el Abierto de Australia en enero de este año. El italiano, que llegaba a la final con una racha de 20 victorias seguidas en Grand Slams, estuvo a un suspiro de consagrarse campeón en París, pero se topó una vez más con su bestia negra.

Era la primera final de Grand Slam entre jugadores nacidos en los años 2000, una cita simbólica entre dos representantes de la nueva generación que se perfilan para dominar la próxima era del tenis masculino. Y no decepcionaron.

Alcaraz comenzó con determinación, generando tres oportunidades de quiebre en el primer juego del partido. Sin embargo, Sinner resistió con temple, y pronto comenzó a marcar el ritmo. El murciano logró romper para adelantarse 3-2, pero entregó su servicio de inmediato, y un breve bajón le costó el primer set.

El italiano aceleró en el segundo parcial, se colocó 3-0 arriba y parecía encaminado. Aunque Alcaraz reaccionó y logró quebrar cuando Sinner servía para el set, el número uno del mundo impuso su jerarquía en el tie-break. Con una derecha paralela implacable y un drop-shot fallido de Alcaraz, tomó ventaja de dos sets a cero y acariciaba el trofeo.

Pero ahí comenzó la hazaña.

Con el corazón de un campeón y el instinto de un gladiador, Alcaraz cambió la dinámica del partido en el tercer set. Aunque fue quebrado de entrada, respondió encadenando cuatro juegos seguidos para adelantarse 4-1. Aunque cedió su saque al intentar cerrar el parcial, volvió a romper para ganarlo 6-4 y revivir sus esperanzas, en medio de una ovación ensordecedora del público francés.

Ya con el impulso de su lado, el español sostuvo la paridad en el cuarto set. Sinner volvió a ponerse al frente con un quiebre en el 3-3 y llegó a sacar para campeonato con ventaja de 5-4. Pero Alcaraz se negó a rendirse: salvó tres puntos de partido en ese game dramático, quebró con determinación y dominó el tie-break con autoridad para igualar el encuentro y forzar un quinto set decisivo.

En el set final, el español rompió de entrada y llegó a liderar 3-1, salvando dos oportunidades de quiebre clave. Sin embargo, cuando servía con 5-3 para sellar el triunfo, cometió errores y permitió que Sinner encadenara tres juegos seguidos. El italiano se puso 6-5 arriba y la presión recayó nuevamente sobre Alcaraz.

Pero una vez más, el campeón vigente respondió con grandeza. Forzó el súper tie-break a 10 puntos, y allí desplegó un tenis descomunal, cargado de agresividad, precisión y valentía. Con una ventaja aplastante, cerró el partido con una derecha paralela demoledora, cayendo de rodillas sobre la tierra batida parisina mientras el estadio estallaba en ovación.

Con esta victoria, Alcaraz no solo revalida su corona en Roland Garros, sino que firma una de las remontadas más legendarias en la historia de los Grand Slams. Para Sinner, fue una noche de frustración, pero también una prueba de que este duelo tiene el potencial de convertirse en una de las grandes rivalidades del siglo XXI.

En una final que lo tuvo todo —drama, calidad, giros inesperados y emoción hasta el último punto—, Carlos Alcaraz demostró por qué ya es mucho más que una promesa: es una realidad, una fuerza dominante, y un digno heredero del legado español en París.

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