Tras más de tres meses de ausencia por una suspensión por dopaje, Jannik Sinner volvió al circuito ATP con una actuación firme y emotiva en el Abierto de Italia. El número uno del mundo no mostró signos de oxidación y venció al argentino Mariano Navone, número 99 del ranking, por 6-3 y 6-4, ante un público local entregado en la cancha central del Foro Itálico.
Sinner no competía desde que conquistó su tercer título de Grand Slam en el Abierto de Australia en enero. A pesar del largo parón, solo necesitó un par de juegos para reencontrarse con su ritmo y su fuego competitivo. “Una sensación increíble,” declaró tras el partido. “He esperado mucho tiempo este momento. Estoy muy feliz de volver.”
El público romano respondió con entusiasmo desbordante. Cuando el italiano logró el quiebre para adelantarse 3-1 en el primer set, las tribunas estallaron en un canto de “¡Olé, olé, olé, Sin-ner, Sin-ner!”, reflejando el vínculo especial entre el jugador y su gente.
Una vez asentado, Sinner empezó a desplegar su característico tenis preciso y agresivo, clavando golpes cerca de las líneas y empujando a Navone a posiciones incómodas desde el fondo. En el game donde consiguió ese quiebre inicial, un revés paralelo ganador encendió a la grada, donde un fanático le gritó con fervor: “¡Destrózalo!”
El triunfo no solo tuvo un valor simbólico, sino que también extendió su racha ganadora a 22 partidos, una seguidilla que comenzó en octubre. Aunque cometió 24 errores no forzados —cinco más que Navone— también conectó 21 tiros ganadores, más del doble que su rival.
“Hubo momentos en los que me sentí muy bien,” comentó Sinner. “Claro que hay cosas por mejorar, pero hoy no importaba tanto el resultado. Se trataba de volver a competir, de sentir de nuevo la energía del público. Y eso, para mí, no tiene precio.”
Su único bache llegó en el segundo set, cuando no logró consolidar un quiebre y cedió su servicio. Pero reaccionó con firmeza en el siguiente game, rompió nuevamente y luego cerró el partido con autoridad.
“La gente fue increíble,” dijo con emoción. “Incluso en los momentos difíciles, me levantan. Me dan fuerzas para seguir adelante. Hoy fue uno de esos días muy, muy especiales que voy a recordar siempre.”
En la siguiente ronda, Sinner enfrentará al neerlandés Jesper De Jong, actual número 93 del mundo, quien sorprendió al derrotar con contundencia al 25º preclasificado, Alejandro Davidovich Fokina, por 6-0 y 6-2.
En definitiva, más que un regreso, lo de Sinner fue una declaración. El número uno está de vuelta… y listo para seguir su camino triunfal.