En el apasionante escenario del Foro Itálico, el court central de Roma se convirtió en el epicentro de un duelo que prometía historia, pero que terminó consolidando el presente dominante del número uno del mundo. Jesper de Jong, un lucky loser con aspiraciones épicas, saltó a la cancha con la ilusión de convertirse en el primer neerlandés en derrotar a un líder del ranking ATP en 23 años, y apenas el séptimo lucky loser en lograr tal hazaña en lo que va del siglo. Sin embargo, del otro lado de la red lo esperaba un Jannik Sinner afinado como un reloj suizo, con la mirada fija en un nuevo título ante su gente y decidido a no dejar margen para sorpresas.
El joven italiano, quien atraviesa una racha de ensueño, no titubeó ni un instante y sacó su repertorio de golpes ganadores para imponerse con autoridad por 6-4 y 6-2, estirando su invicto a 23 partidos consecutivos y metiéndose sin perder sets en los octavos de final del Internazionali BNL d’Italia. Para De Jong, que disputaba por primera vez una tercera ronda de Masters 1000, fue una experiencia inolvidable aunque marcada por el rigor de enfrentarse a una versión casi impenetrable del actual rey del circuito.
El encuentro comenzó con Sinner quebrando de entrada y marcando la pauta con su solidez desde la línea de base y su devolución milimétrica. En apenas cinco games, ya dominaba 4-1. De Jong, sin embargo, mostró garra y logró una reacción meritoria: recuperó dos quiebres de desventaja y niveló el marcador 4-4 con un tenis valiente y agresivo, destacando un passing y una devolución cruzada que arrancaron aplausos del público romano. Pero el italiano no dejó que el envión del neerlandés tomara vuelo: recuperó el break de inmediato tras un error largo de revés de su rival, y selló el primer set con un servicio ganador y un revés cruzado quirúrgico en el primer set point, tras 50 minutos de batalla.
El segundo set tuvo un inicio electrizante. En el primer game, un peloteo de 31 golpes terminó con un passing shot de derecha de Sinner que dejó sin respuesta a De Jong. Aunque el neerlandés sostuvo su saque en ese game, a partir de allí el partido se inclinó definitivamente. Sinner quebró para ponerse 2-1 y, en el quinto game, llegó el punto de quiebre emocional del partido: De Jong cayó al suelo al intentar una volea, quedó cubierto de polvo de ladrillo y se tomó la muñeca derecha con evidente dolor. En un gesto que confirmó su talla como deportista, Sinner se acercó al otro lado de la red para asistirlo y acompañarlo a la silla, donde fue atendido por los fisioterapeutas del torneo.
A pesar del susto y con una venda en la muñeca, De Jong siguió luchando. Logró mantener su saque para el 2-3, pero ya no era el mismo: su primer servicio perdió más de 15 millas por hora de velocidad, y sus tiros ya no lastimaban. Sinner, implacable, se llevó los últimos tres juegos para cerrar el partido sin sobresaltos.
Al finalizar, el número uno expresó:
“Él se lastimó y era evidente. Es un gran jugador, pero aún más, una gran persona. Le deseo lo mejor y esperamos que no sea nada grave.”
Ahora, el ídolo local se prepara para un choque de alto voltaje frente al argentino Francisco Cerúndolo, quien viene en ritmo y con confianza tras eliminar con contundencia al austríaco Sebastian Ofner por 6-2 y 6-4 en poco más de una hora. El bonaerense, actual número 18 del mundo y semifinalista en Madrid, entró enchufado desde el primer punto, le quebró el saque de entrada a Ofner y no aflojó hasta sellar el pase a los octavos de final en un partido jugado bajo un molesto viento.
Cerúndolo habló tras el triunfo:
“Fue un partido con mucho viento, difícil de jugar, pero un gran partido de inicio a fin. Estoy muy contento con mi nivel y de volver a estar en octavos.”
Y en relación al posible cruce con el número uno del mundo, declaró:
“Sería un reto gigante jugar contra él. Ya lo hice antes, pero no como número uno. Es un buen momento para mí porque vengo ganando partidos, pero él es Jannik, el mejor del mundo. Si se da, voy a intentar recuperarme lo más rápido posible y darlo todo.”
Sinner, por su parte, recordó su derrota ante el argentino el año pasado en este mismo torneo:
“La última vez que jugué aquí, perdí contra él en esta pista. Es un jugador increíble. Está teniendo una temporada increíble. Hizo un gran torneo la semana anterior. Va a ser difícil. Tengo que subir mi nivel si quiero que esté igualado. Estos son exactamente los retos que necesito. Estoy intentando entender dónde está mi juego. Va a ser un buen reto y una buena prueba para mí. Ya veremos cómo va.”
Con este cruce, se viene un duelo imperdible en la arcilla romana: el gladiador local frente al embajador del tenis argentino. El telón está listo y el show está por comenzar. ¿Quién se adueñará de la próxima victoria en el polvo de ladrillo del Coliseo moderno?