Nadal en 3era ronda

Rafa Nadal sigue cómodo en Londres. Su victoria ante Kukushkin, la segunda del torneo, era esperada, pero en Wimbledon las sorpresas son habituales, por lo que más vale nunca dar por sentado nada. En el día anterior, por ejemplo, perió Caroline Wozniacki, la segunda cabeza de serie del cuadro femenino. Una mala tarde en hierba penaliza mucho más que en cualquier otra superficie, pero por el momento a Rafa ese momento no le ha llegado.

Ganó a Kukushkin con facilidad, en tres sets, sin forzar demasiado (6-4, 6-3 y 6-4). Lo hizo con soltura y como parte del proceso que tien que vivir cara año en estas alturas del calendario. Se terminó la tierra, para desgracia de quien es el máximo tirano cuando el suelo es de color anaranjado, y llega el césped, territorio propicio para el máximo rival, Roger Federer, que aparece una vez más como el favorito abrumador para llevarse este torneo. Sería la novena corona en el All England Tennis.

Nadal, quizá, aspira a algo menos. No por falta de ambición, en eso nunca se vio corto Rafa, sino por su pasado más reciente. En las últimas seis ediciones no ha pasado de cuarta ronda, lo cual no es más que algo natural en un tenista, pero que en un gran campeón como sin duda es él suena algo parco. Es cierto que en esos años ha habido momentos en los que Nadal no ha estado a su altura, lesiones y problemas varios le han mantenido lejos de su mejor nivel y eso, lógicamente, se nota todavía más en una superficie que no entiende como propia.

Y esa es, precisamente, la mayor esperanza da Nadal. Porque esta temporada, por lo visto en tierra, sí está fino. Jugando a su mejor nivel, que está por ver si puede de nuevo desplegarlo sobre la hierba, siempre es un rival formidable. De los que no se rinden jamás.

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