Federer, campeón en Basilea

Roger Federer cumple el objetivo en casa derrotando a Del Potro.

Fiesta completa de Roger Federer. Octavo título en casa, el ATP 500 de Basilea. Una celebración, teniendo que someter los nervios, porque a los 36 años también los padece, y remontando en una final fantástica contra Juan Martín del Potro.

Recorta 500 puntos respecto al número uno mundial Rafa Nadal, a quien ahora tiene a 1.460, pero se apartó de la lucha por el nº 1 de la temporada al renunciar al Masters 1.000 ATP de París-Bercy que se juega la próxima semana. Se centra en el Masters Final ATP de Londres.

Victoria por 6-7 (5-7), 6-4 y 6-3 en 2h.31’. Un espectáculo. Tras el sufrimiento, emergió ese Federer tocado de nuevo con una varita mágica, y se anotó su 95ª corona ATP, dejando atrás las 94 de Ivan Lendl para ser el segundo en la lista de los más laureados, tras Jimmy Connors (109). Es la 7ª de una campaña para enmarcar, tras las del Open de Australia, Indian Wells, Miami, Halle, Wimbledon y Shanghai.

El suizo se quitó un peso de encima, porque se le notó con ese sufrimiento de quien quiere exhibirse ante sus paisanos. Duodécima final en Basilea, con el recuerdo ingrato de haber perdido las de 2012 y 2013 precisamente ante Del Potro, crecido tras su título reciente en Estocolmo y con la opción de sacar billete para el top-10 y el Masters ATP, que mantiene pero se lo jugará todo en París-Bercy.

En el palmarés, 18-6 Federer ante Del Potro, a quien ha superado en tres de cuatro veces esta campaña. Hizo daño el KO en el US Open, pero como en Shanghai hace unas semanas acabó levantando un set en contra ante la Torre de Tandil.

Primer set con 5-4 y saque Federer, pero siempre resistiendo Delpo, que sumó seis puntos seguidos en el ‘tiebraak’ para adelantarse 6-3. Completó el éxito, y llevó al límite a Federer, pero éste se disparó cuando lo necesitó. Pudo más la ilusión que la responsabilidad, arropado por una grada encendida, de ánimo Copa Davis.

Roger sufrió el ‘break’ de entrada en la tercera manga, pero ello hizo que decidiera a arriesgar todavía más, y entró en una de esas fases de inspiración, de acierto, que le han hecho leyenda. Trofeo, gloria y un talón de 387.000 euros.

Y se permite el lujo de descansar y priorizar objetivos. No lo son París-Bercy, tampoco el nº 1 vista la renuncia a los 1.000 puntos de la capital francesa. Sí ser ‘maestro’ en Londres.

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