AO’24: Super Nole !!!

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Updated: January 21, 2024

Novak Djokovic exhibió un despliegue inigualable de dominio el domingo, asegurando rápidamente una contundente ventaja de 6-0, 6-0 sobre Adrian Mannarino en apenas 67 minutos de juego.

Mannarino, reconociendo el resultado inevitable, respondió con un toque de humor, levantando los dedos a sus ojos como prismáticos en un gesto al abrumador marcador.

El campeón en diez ocasiones, Djokovic, en su búsqueda de la 14ª aparición en cuartos de final en el Abierto de Australia, continuó su marcha implacable con un triunfo resonante de 6-0, 6-0, 6-3. El partido alcanzó un punto fascinante cuando Djokovic se encontró a solo cinco juegos de lograr un raro “triple bagel”, un logro que no se veía en un torneo importante en tres décadas.

Fuente:AO

Este nivel de dominio no era terreno familiar ni siquiera para Djokovic. Solo en dos ocasiones anteriores había ganado los dos primeros sets de un partido a cinco sets sin ceder un solo juego. La primera instancia ocurrió hace casi 19 años en el Abierto de Francia de 2005 contra Robby Ginepri, culminando en una victoria por 6-0, 6-0, 6-3. La última fue en el Abierto de Estados Unidos de 2011, cuando venció a Carlos Berlocq por 6-0, 6-0, 6-2 en la segunda ronda. Djokovic admitió que tal dominio generaba una sensación de “tensión” durante el partido en ese domingo.

A medida que se desarrollaba el tercer set, Djokovic percibió la anticipación en el ambiente, tanto por parte de la multitud como por él mismo, en relación con Mannarino ganando un juego. La tensión se hizo palpable, llevando a Djokovic a contemplar la posibilidad de permitirle un juego a su oponente para romper la monotonía. Reflexionó: “La multitud quería que él ganara un juego y estuviera en el partido. Casi sentí que era bueno regalar el juego, solo para poder resetear y concentrarme de nuevo”.

Esta lucha interna se externalizó brevemente cuando Djokovic interactuó con la multitud. Con 30 iguales en el primer juego del tercer set, los espectadores instaban a Mannarino a asegurar un juego. En respuesta, Djokovic lanzó un saque imparable e incluso envió un beso a un fanático particularmente vocal, mostrando un lado juguetón en medio de la intensa competencia.

El fuego competitivo ardió intensamente para Djokovic, evidente en su interacción con el árbitro durante el siguiente juego de servicio. Argumentó que el reloj de saque había comenzado demasiado pronto, sosteniendo que los vítores de la multitud por Mannarino habían perturbado el desarrollo del juego. A pesar del marcador muy desequilibrado, Djokovic mantuvo su enfoque, cometiendo solo 15 errores no forzados en su camino hacia una victoria contundente y memorable.

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